lunes, 31 de diciembre de 2007

Potrotaino/La Verdad Comienza Aki.

01 Sentimiento
02 La cuesta de san juan
03 Los perros de la cia
04 Asko
05 Chavales
06 Antiglobalizacion
07 Despojo de la guerra
08 Pensamiento anulado
09 Sensaciones
10 Otra guerra
11 Critikan
12 Los demenciales chicos acelerados

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Contraseña: thnopunks.blogspot.com

La historia de Potrotaino es tan inusual como reseñable por la cantidad de años que llevan en la lucha. Surgidos en los albores del importante movimiento que fue bautizado como rock radikal vasco, en los primeros años de la década de los ochenta, y que situó a Euskadi a la cabeza del punk labrado en el estado, apenas dos maketas fueron reflejo de aquella época, hasta que en 1991 consiguieron autoeditar su primer larga duración, Muerte al Violador. Otro álbum de título homónimo a la formación de Ordizia, tres años después, son los únicos precedentes a la que supone su actual entrega, La Verdad Comienza Akí, disco con el que la formación donostiarra ha vuelto a cargar las tintas en forma de combativo punk fundido en el rock, acelerado pero no exento de cierta melodía, luchador y comprometido tanto social como políticamente en sus textos, y con unas guitarras que adquieren con habitualidad el papel de protagonistas para llenar cada rincón de los doce cortes que conforman el compacto con fuerza y poderío, mientras la alternancia de voces entre Pedro y Txapu marca un interesante contraste. Asko se erige como su tema más destacado, cargado de enormes dosis de intensidad donde las guitarras emanan tristeza en sus melodías para dar paso a unas bases segadoras que consiguen forjar un clima inquietante a la vez que especial. La Cuesta de San Juan, tintada con cierto toque de rock urbano, no en vano cada corte parece fluir de las calles de cualquier ciudad, Los Perros de la CIA o Antiglobalización, muestras de su carácter reivindicativo, son otros buenos ejemplos de lo que el cuarteto es capaz de ofrecer. Como cierre un claro homenaje al rock radikal de Euskal Herria, Los Demenciales Chicos Acelerados, de los míticos Eskorbuto, pone el nostálgico recuerdo a este trabajo facturado bajo el más claro killer-punk sin compasión.